jueves, 1 de octubre de 2009

La enseñanza del español como lengua extranjera


La enseñanza del español como lengua extranjera.
Enfoques y desarrollo
El enfoque comunicativo en la enseñanza de lenguas extranjeras es utilizado actualmente por este tipo de enseñanza. Este enfoque, cuyo propósito fundamental es establecer la comunicación en la lengua estudiada, se basa en las necesidades propias de cada público. Sin embargo, la enseñanza de lenguas extranjeras no siempre tuvo el mismo enfoque.
Si nos remontamos a sus orígenes, en la antigua Roma esclavista, podemos observar que la enseñanza del griego en los liceos romanos estaba basada en un enfoque memorístico que no respondía a necesidades reales de comunicación sino que utilizaba la traducción para apropiarse del conocimiento contenido en los textos helénicos.
En la Edad Media el aprendizaje de lenguas extranjeras no contó con mejor suerte. La absolutización de la Fe conspiró contra el conocimiento de nuevas lenguas. En los monasterios, donde entre otras cosas se atesoraba gran parte del saber de la época, se enseñaba el latín con el propósito de traducir textos antiguos y oficiar servicios religiosos. El enfoque continuaba siendo memorístico.
Ya avanzada la etapa feudal y en los albores del capitalismo,el comercio se afianza como una de las actividades económicas fundamentales. Se hace necesario el estudio de otras lenguas además del latín y es aquí donde es imprescindible mencionar a Juan Amós Comenio (1592-1670), figura cumbre de la Didáctica e iniciador de la pedagogía moderna. Trabaja como profesor en Lezno, Polonia, donde se desarrollan sus primeras reflexiones sobre la educación y específicamente, en torno a los problemas de la metodología. En este sentido escribe varias obras, entre ellas , el Janua linguarum reserata ( La puerta abierta a las lenguas) y su obra cumbre Didáctica Magna, o Tratado de enseñar todo a todos donde expone el pensamiento central de su pedagogía, la importancia de la naturaleza y los sentidos en la educación del hombre: " El orden que establezcamos para las escuelas debemos tomarlo de la naturaleza " (1)
El siglo XIX marca una pauta en la enseñanza de lenguas extranjeras pues a partir de este momento comienza a organizarse metodológicamente su estudio. Es en este siglo donde la lingüística alcanza su categoría de ciencia. Según el investigador y lingüista Max Figueroa (2) el contacto de los lingüistas europeos con la obra de los lingüistas hindúes a fines del siglo XVIII, propicia el conocimiento del sánscrito, lengua que constituye el eslabón que une las lenguas indoeuropeas. Al decir de Max Figueroa: "... dicha lengua era una pieza clave - ¿la pieza clave?- en el mosaico, o más bien rompecabezas, de las lenguas europeas. Así, (...), la lingüística decimonónica estaba de antemano "condenada" por la legalidad histórica misma a desplegar los esfuerzos que desplegó,..."
(3)La metodología para la enseñanza de lenguas extranjeras en este propio siglo estaba encaminada al desarrollo de destrezas operativas, léase, escritura y traducción. Esta situación es la que hereda y continua el siglo XX hasta la etapa de posguerra con la aparición de los programas formales de Fries (4) y Lado(5). Dichos programas, también llamados estructurales o gramaticales debido a su enfoque gramatical, centran su atención en la naturaleza sistemática y sometida a reglas de la propia lengua dando prioridad a los aspectos fonológicos, gramaticales, léxicos y morfológicos de la misma. La corrección lingüística era lo fundamental y la producción de textos orales y escritos suponía el servicio de habilidades auditivas y lectoras subordinadas a las de escritura y habla.
A pesar del predominio de los aspectos gramaticales, comienzan a manejarse nuevos términos a la hora de abordar la enseñanza de lenguas, incluidas las lenguas extranjeras. Un nuevo enfoque, el comunicativo, comienza a abrirse paso a partir de la discusión que genera el surgimiento de dos nuevos términos introducidos en la lingüística por Noam Chomsky(6), competencia y actuación. La competencia se refiere al conocimiento de la gramática de la lengua y la actuación, al uso concreto de la misma. En esta tienen gran importancia los aspectos psicológicos implicados en la comprensión y producción de un discurso (memoria, capacidad de análisis, etc...). Para Chomsky entonces la competencia equivale a la gramática y tiene que ver con las reglas lingüísticas que puedan generar frases gramaticalmente correctas y la actuación se centra en la aceptación de dichas frases en el discurso
Hymes(7) y Campbell y Wales(8) señalan que esta teoría no toma en consideración la adecuación de un enunciado en el contexto situacional. Para Campbell y Wales lo más importante no es producir frases gramaticalmente correctas sino que estas sean adecuadas respecto al contexto en que son dichas. Tanto Hymes como Campbell y Wales proponen una noción de competencia más amplia, la de competencia comunicativa. Este nuevo concepto incluye no sólo el conocimiento de las reglas gramaticales, sino también la competencia contextual o sociolingüística que no es más que el uso de la lengua en el contexto social.
Hay autores sin embargo que se refieren a la competencia comunicativa sólo como el conocimiento relativo a las normas de uso del lenguaje y hacen una distinción entre esta y la competencia gramatical. De este modo se expresan con relación a ambos términos Widdowson (9) y Allen(10).
Canale y Swain(11), en el análisis que hacen sobre los fundamentos teóricos de los enfoques comunicativos, están de acuerdo en que la competencia gramatical constituye un elemento esencial de la competencia comunicativa. El término de competencia comunicativa comprendería entonces "...la relación e interacción entre competencia gramatical, o el conocimiento de las reglas gramaticales, y la competencia sociolingüística, o el conocimiento que rige la utilización de la lengua."(12)
Hymes incluye dentro del concepto competencia comunicativa, no sólo el conocimiento de la lengua sino la habilidad para usarlo: "El establecimiento de la habilidad para el uso como parte de la competencia da cabida al papel de los factores no cognitivos, tales como la motivación como parcialmente determinantes de dicha competencia. Al hablar de competencia, resulta de especial importancia no separar los factores cognitivos de los afectivos y volitivos, al menos por lo que afecta a la incidencia de la teoría sobre la práctica educativa."(13)
No todos los autores coinciden en esta noción de "habilidad de uso". Según Canale y Swain(14) esta noción no ha sido aplicada con rigor en ninguna investigación sobre competencia comunicativa pues podría pensarse entonces que existen personas con "carencias comunicativas"
Si queremos establecer entonces una teoría acerca de la competencia comunicativa podríamos llegar a la conclusión de que la competencia comunicativa es la integración de tres competencias: gramatical, sociolingüística y estratégica.
La competencia gramatical comprende el léxico; las reglas de la morfología, la sintaxis y la semántica de la oración gramatical y la fonología. La competencia sociolingüística está integrada por las normas socioculturales que rigen el uso y las reglas del discurso, lo cual permitirá interpretar el significado social de los enunciados. Por último, la competencia estratégica consiste en las estrategias de comunicación tanto verbal como no verbal que hay que poner en acción con vistas a compensar rupturas en la comunicación.
Una noción muy interesante de competencia comunicativa es aquella a la cual se refiere Carlos Lomas, director de la prestigiosa revista española Signos, cuando dice: "Al aprender a usar una lengua, no sólo aprendemos a construir frases gramaticalmente correctas sino también, y sobre todo, a saber qué decir a quién, cuándo y como decirlo y qué y cuándo callar." (15)
Los enfoques comunicativos, llamados también funcionales, surgen a partir de la década del setenta. Su característica fundamental es que basa el aprendizaje de la lengua en necesidades comunicativas reales a las cuales el aprendiz de la lengua extranjera dará cumplimiento en dicha lengua. Tiene un carácter integrador pues combina el uso de las diferentes habilidades o destrezas de la lengua en función de lograr situaciones comunicativas reales y su objetivo fundamental es lograr la competencia comunicativa del estudiante.
Canale y Swain (16) caracterizan el enfoque comunicativo de la siguiente manera:
La competencia comunicativa se compone de competencia gramatical, competencia sociolingüística y estrategias de comunicación. El primer objetivo de un enfoque comunicativo deberá ser el facilitar la integración de estos tres tipos de conocimiento y su adquisición por los estudiantes.
Un enfoque comunicativo debe partir de las necesidades de comunicación del aprendiz y dar respuesta a las mismas.
El estudiante de lengua extranjera ha de gozar de oportunidades para interactuar con el hablante de dicha lengua, es decir, responder a necesidades comunicativas auténticas en situaciones reales.
Se hará un uso lo más completo posible de aquellos aspectos de la competencia comunicativa que el alumno haya adquirido a través de la apropiación y el uso de su lengua materna y que resulten coincidentes con las destrezas comunicativas que se precisan para dominar la lengua extranjera.
El objetivo primordial de un programa de enseñanza de lengua extranjera con una orientación comunicativa debe ser proporcionar a los alumnos la información, la práctica y la experiencia necesarias para abordar sus necesidades de comunicación en el idioma.
La aplicación de un enfoque comunicativo con relación al diseño de programas de enseñanza de lenguas, supone una integración más natural ante el conocimiento de la cultura de la segunda lengua, el de la lengua en sí misma y el del lenguaje. Además, conlleva a una mayor motivación por parte del aprendiz pues incluye el uso del conocimiento adquirido en situaciones reales de comunicación.

Tomado de Monografías.com 27/09/09

2 comentarios:

  1. Sobre todo hay que enfatizar que no puede haber competencia comunicativa sin competencia gramatical. Esto lo olvidan algunos profesores. La gramática es necesaria para bien o para mal.

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  2. la gramatica es necesaria, pero a veces se exagera con la gramatica en detrimento del uso practico de la lengua, en Espana hemos aprendido gramatica y no somos capaces de hablar ingles o frances fluidamente.

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